En la antiguedad la tribu Livu fue la más grande de Letonia, que poblaba las orillas de Daugava mucho antes de la llegada de las cruzadas alemanes en el siglo XII. Según una versión la palabra Riga proviene del livo "Riga", que significa el centeno. El río de Riga también se llamada la Vía de Centeno. Los habitantes locales llevaban por el río el grano de los campos del Oriente para venderlo en el puerto de Daugava, que estaba situado donde ahora está la moderna estación de autobuses.
Hoy en día la Plaza Livu es el lugar más popular en la Ciudad Vieja. Es una zona muy animada durante el día y la noche. La Plaza Livu se formó después de quitar los edificios dañados durante los bombardeos de la Primera Guerra Mundial
Ya en el siglo XVI ese lugar atravesaba el río de Riga llamado Ridzene y a su largo estaba la muralla de la ciudad. En 1735 la alcaldía decidió soterrar el río, porque ya se había convirtió en un fétido pantano, donde los habitantes de la ciudad hechaban todos los residuos. Las obras se retrasaron y sólo en la mitad del siglo XIX, el río fue transformado en un canal subterráneo, y después, en 1861 tras derribar las murallas lo soterraron completamente. Hoy en día gracias a la fantasía del jardinero las ondas de flores marcan en la plaza Livu el lugar exacto donde fluía el río.
Por favor, preste atención a la casa en el número 20 de la calle Kalku (la calle de Cal). En la pared a la altura de la tercera planta puede ver una herradura clavada entre las ventanas. Dicen que esa herradura se separó del caballo del zar de Rusia Pedro el Grande cuando él andaba por Riga. El zar se enfadó tanto que la lanzó en la ventana del tercer piso. El dueño de la casa salió de inmediato a la calle para cobrar los daños del culpable pero cuando se enfrentó al zar cambió de opinión y decidió colocar la herradura en la pared de su casa para la buena suerte.
A la derecha, donde la calle Kalku se cruza con la calle Kaleyu (la cale de Forjadores) en los tiempos antiguos estaba la Torre de Cal. En aquellos días los sótanos de las torres de fortificación de la ciudad se utilizaban como las cárceles. Pero en el siglo XVI en la parte trasera de la Torre de Cal fue construido un edificio especial que en los libros de registro de 1696 se llamaba "una nueva prisión" . El edificio estaba cerca de la casa actual en el número 7 / 9 de la calle Kalku y cumplía con sus funciones de prisión hasta el siglo XVIII. En 1788 en el sitio de la prisión construyeron una sede para la policía.
Las penas de los delincuentes eran extremadamente duras. Dependiendo de la cantidad de dinero falso que producían, los falsificadores se exponían a castigos que varían desde la amputación de la mano a la muerte en la hoguera. Los que habían robado un centavo se ahorcaban, y los que habían robado menos eran condenados a cortar la oreja, marcados con el cuño de ladrón en el cuerpo y expulsados de la ciudad. También estaba prevista la pena de muerte para los comerciantes que engañaban a los clientes y para los hombres que seducían a las esposas de otros hombres. Aunque en el último caso la pena de muerte podía ser substituída por una multa de 10 libras que el delincuente tenía que pagar al marido de la mujer. ¿No les parece un castigo muy original? Pero el marido engañado por su mujer podía apelar una sentencia de prisión por la infedilidad su esposa infiel. Todas las sentencias las llevaba a cabo el verdugo de la ciudad que había sido contratado por el ayuntamiento de la ciudad. El puesto de verdugo era de gran respeto y sólo los descendientes de los alemanes podían obtener ese puesto.
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